5 ideas importantes sobre la sexualidad femenina

De acuerdo con la Dra. Nagoski, la sexualidad femenina, a través de los tiempos, se ha visto como una versión ligera de la masculina, desde una postura conservadora y compuesta de muchos mitos culturales. Por lo tanto, la medida en la que las mujeres no son como los hombres, es la medida en la que no logran ser sexualmente normales. Por ejemplo, se creía o se sigue creyendo que la mujer que no alcanza el orgasmo por medio de la penetración es "frígida" o incapaz de sentir placer. En investigaciones recientes se encontró que sólo el 30 por ciento de las mujeres llega al orgasmo a partir de la penetración, el otro 70 por ciento rara vez o nunca durante ésta y eso es normal.

En el libro "Come As You Are: The Surprising New Science That Will Transform Your Sex Life", la Dra. Emily Nagoski, educadora y terapeuta sexual, habla sobre la sexualidad de las mujeres; porqué y cómo funciona, los mitos y tabúes. Se basa en investigaciones científicas, experiencias personales e historias de sus alumnas y pacientes. La idea principal es que todas somos diferentes y cada mujer tiene su propia sexualidad.

Para tener una vida sexual llena de confianza y alegría debemos dejar de juzgarnos a nosotras mismas con base en las experiencias de otros. El cuerpo, el deseo y la respuesta sexual entre las mujeres varían, y eso es normal.

"Los estándares, para mí, para el sexo saludable y normal son: el consentimiento, la falta de dolor y la satisfacción. Cuando estas tres cosas están ahí, lo estás haciendo bien" (Nagoski, 2015).

La segunda lección de este libro es que hay un modelo de control dual de respuesta sexual: el Sistema de Excitación Sexual (SES) y el Sistema de Inhibición Sexual (SIS). Una parte es el pedal del acelerador y la otra es el freno. Por lo tanto, el acelerador responde a toda la información sexual relevante y envía la señal de "encendido" al cerebro que a su vez alerta a los órganos correspondientes a prepararse para la relación sexual. El freno, al mismo tiempo, está notando todas las buenas razones para no tener relaciones, como el riesgo de contraer una infección o, dependiendo de las ideas culturales, romper alguna regla social y envía una señal que dice "apagar".

Por lo tanto, la excitación no es sólo el proceso de encender el acelerador, sino también de apagar el freno.

¿Cómo encender el acelerador y apagar el freno?

Desde el momento en que nacemos, nuestros cerebros están aprendiendo qué contar como sexualmente relevante y qué contar como una amenaza potencial, así como aprendimos todas esas ideas que nos hacen sentir culpables y juzgarnos a nosotras mismas. Podemos desaprender esas ideas y cambiarlas por otras ideas que nos ayuden a sentirnos bellas y amadas así como somos.

El siguiente punto importante, según Nagoski, es que el contexto en el que sucede la relación sexual es de suma importancia. Todas las complicaciones de la vida cotidiana influyen en el contexto que rodea la excitación, el deseo y el orgasmo de una mujer. Un ejemplo es la diferencia que te hagan cosquillas mientras estás realizando una tarea estresante o en una situación relajada entre caricias y besos. En la primera lo más seguro es que te sientas irritada, mientras que la segunda puede ser muy estimulante. A pesar de ser una misma acción, lo que cambia es el contexto. Esta es la razón por la cual a veces cualquiera puede estar junto con su ser amado sin que se active el deseo, ya sea por el contexto interno (estrés, ansiedad) o externo (ambiente, etc.).

Uno de los componentes más relevantes que impactan el contexto sexual es el estrés. El estrés es la forma en la que lidiamos con una situación de peligro. Nagoski menciona que para poder evitar que el estrés influya en nuestra vida sexual, debemos de completar el ciclo de respuesta del estrés: inicio ("¡Estoy en riesgo!"), medio (acción para eliminar ese peligro) y final ("¡Estoy a salvo!").

Conocemos la respuesta del estrés de lucha o huida, pero también hay otra respuesta que es la de paralizarse. Cuando nos estresamos y nos quedamos paralizados, es difícil continuar y mucho menos iniciar una relación sexual. Por lo mismo, es importantísimo la fase de en medio donde realizamos acciones para darle a entender a nuestro cuerpo que estamos a salvo. Estas acciones pueden ser: hacer ejercicio, dormir, dar y recibir afecto, desahogarse con un grito y cualquier forma de relajamiento muscular o meditación incluso los rituales asociados al cuidado del cuerpo, desde los masajes hasta hacerse las uñas. Todas estas actividades avisan al cuerpo de la desaparición del peligro.

El quinto punto es que el factor más importante para que las mujeres creen y mantengan una vida sexual satisfactoria es cómo se sienten acerca de su sexualidad. Las meta-emociones son cómo nos sentimos de los sentimientos que estamos experimentando en ese momento. Cuando tus expectativas de lo que deberías estar sintiendo en ese momento no se cumplen puedes sentirte frustrada y que eso afecte tu relación sexual. Puedes llegar a sentirte culpable de no poder llegar al orgasmo o sobre tu imagen corporal. Si dejamos de tener expectativas tan idealizadas sobre lo que debe de ser el sexo, entonces podemos permitirnos disfrutarlo.

Saber cómo funciona tu sexualidad es importante pero darle la bienvenida a ésta sin prejuicios o vergüenza es más importante y esa es la parte difícil para muchas mujeres.

En conclusión:

1. Tú eres el ingrediente secreto para tener una vida sexual saludable y placentera al darte permiso de ser diferente y saber que hay muchas maneras igualmente válidas de vivir tu sexualidad.

2. Algunas mujeres tienen orgasmos debido al coito y otras no, y ambas son normales.

3. La excitación sexual es el proceso de encender el acelerador y apagar los frenos.

4. El contexto: tu entorno y estado mental influyen en cómo y cuándo se activan el acelerador y el freno.

5. El estrés influye en el contexto sexual. Realizar acciones que le permitan a tu cuerpo concluir el ciclo del estrés puede ayudarte a tener una mejor vida sexual.

6. No es cómo funciona tu sexualidad, sino cómo te sientes acerca de cómo funciona tu sexualidad lo que determina si tu vida sexual se caracteriza por la preocupación y la angustia o por la confianza y la alegría.

Referencia:

Nagoski, E. (2015). Come As You Are: The Surprising New Science That Will Transform Your Sex Life. New York, USA: Simon & Schuster Paperbacks.

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