5 claves para reducir la ansiedad en los niños

La ansiedad no es una emoción, es una reacción que conlleva emociones ante la sensación de sentirse amenazado. Como adultos, depende de nosotros ayudarles a superarla y a controlarla.

Antes de brindar ayuda a los pequeños, es importante saber si realmente el niño presenta un cuadro de ansiedad; no olvidemos que esta reacción es compleja y se origina por diferentes causas. A menudo la ansiedad genera frustración en los niños que la padecen y les cuesta expresarla o lidiar con ella. 

Causas de ansiedad en los niños

Son diversas y variadas las causas que provocan que los niños presenten ansiedad. Entre los factores más comunes están las responsabilidades, las relaciones interpersonales e incluso las relaciones familiares. El divorcio de los padres es uno de los ejemplos más claros que puede desatar ansiedad en un pequeño y se manifiesta con disminución del rendimiento académico; problemas de autoconcepto, dificultades sociales, tristeza o  miedo inexplicables y/o problemas de conducta.

De pequeños parece que nos encontramos dentro de una burbuja, la cual la construye la protección y atención de nuestros padres, pero al momento en que se presentan cambios y los niños tienen que acudir al colegio, visitar a sus abuelos, separarse de sus padres porque trabajan o se van de viaje, comienzan a sufrir estrés. El estrés desata ansiedad pues los niños se sienten amenazados al verse separados de sus padres.

El contacto con personas desconocidas también puede generar ansiedad, porque el niño no entiende si sus padres volverán pronto o no. 

También hay que tener en cuenta la personalidad como factor influyente en la ansiedad, así como el aprendizaje que hace el niño de la reacción que toman sus padres frente a ciertas situaciones. 

El abuso, ambiente familiar tóxico, violencia y otros episodios traumáticos en la vida de los pequeños son causas que  pueden derivar en ansiedad. Incluso todo lo que represente cambio significativo en la vida de los niños puede suponer un cuadro de ansiedad más o menos intenso: una mudanza, la muerte de un ser querido, un cambio de colegio, etc.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad en los niños?

• Ansiedad por separación. Cuando a los niños se les rompe su rutina, bien por una separación de los padres, por la muerte de un ser querido, una mudanza importante o por un cambio de escuela, entre otras situaciones, se puede manifestar la ansiedad con un miedo persistente que no encuentra remedio, y un apego constante a la persona con la que se sienta más conectado. 
• Fobia específica. Un miedo intenso frente a un objeto o un lugar que le recuerda una situación traumática. 
• Fobia social. Miedo a situaciones sociales en las que el niño se siente observado, evaluado o juzgado. Puede darse tanto en ambientes escolares (con otros niños) como con adultos. 
• Ansiedad generalizada. En este caso es importante buscar ayuda profesional porque podemos estar ante un Trastorno. El niño presenta una preocupación excesiva y por mucho tiempo (mínimo 6 meses) y no hay manera de que recupere su normalidad o de que entienda la raíz de su miedo. 

¿Cómo se reduce la ansiedad en los niños?

Hemos venido mencionando la importancia de diagnosticar con precisión si realmente el niño presenta un cuadro de ansiedad. Si se basa en un diagnóstico erróneo, se afectará más la salud emocional del pequeño, puesto que se está privando de recibir ayuda. Por lo tanto, el primer paso y el cual es muy importante, es identificar el problema y qué es lo que lo ocasiona. Para esto es vital contar con la ayuda de un psicólogo infantil. 

Tú puedes saber si tu hijo presenta ansiedad si estableces una buena comunicación con él. Con palabras sencillas, y preguntas fáciles, el niño puede llevarte a través de lo que está pensando y sintiendo. Sus respuestas te permitirán sacar conclusiones sobre la etapa que atraviesa y podrás establecer soluciones prácticas: dejar la luz del pasillo encendida por las noches; establecer rutinas que  le produzcan seguridad (que seas tú quien lo lleve todas las mañanas al colegio, por ejemplo); buscar libros o películas que traten el tema que genera ansiedad en el menor y así poder visualizarlo y comentarlo. Ahora bien, si el niño no quiere hablar de lo que le sucede, es mejor no forzarlo. Ya encontrará el momento para hablar o, de ser necesario, hablará con su psicólogo. 

¿Qué técnicas se pueden emplear?

Después de establecer un diálogo con el pequeño, haber identificado las causas de su ansiedad se pueden utilizar diferentes estrategias para dar solución, por ejemplo:

• La técnica del razonamiento. Esta técnica es muy eficaz y es la ideal para empezar. Permite que el niño se concentre, se relaje y se separe psicológicamente del problema que lo afecta.
• El uso de palabras adecuadas. Debes saber elegir qué palabras decir al niño para que te de su relato de lo que siente. Quizá para los adultos sea fácil de escribir nuestras emociones, pero para los niños no. Idealiza una forma en cómo lo puedes ayudar y lograr que te diga por lo que está pasando.
• Tranquilidad. No lo presiones, transmítele tranquilidad, acude por técnicas de relajación.
• Expresa lo que sientes. Recordemos que los niños repiten lo que hacen los adultos. Si tú comienzas a compartir lo que sientes, el niño te va a imitar y hará lo mismo. Es así como también puedes conocer su vocabulario.

Ahora bien, te compartimos los pasos que debes seguir para identificar si tu hijo o el pequeño presenta cantidad.

• Es importante que prestes atención a los síntomas tanto físicos como emocionales.
• Debes dialogar con el niño para saber qué es lo que ocurre o a qué se debe su problema.
• Es momento de que plan des una solución en la que ambos colaboren.
• Pone en práctica técnicas que le ayuden a mejorar su estado emocional.

Si pese a realizar los pasos anteriores no logras una mejora, es momento de acudir con un especialista.

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