31 de mayo Día Mundial Sin Fumar

El fumar tabaco tiene sus orígenes desde la conquista de América, sin embargo mucha gente aún a pesar de poder tener fácil el acceso a la información todavía tiene desconocimiento de las graves consecuencias físicas que repercute en el fumador.

Los adolescentes al quererse incorporar a la vida adulta comienzan a fumar por curiosidad y rebeldía propias de esta etapa de desarrollo de su personalidad. Sin embargo desconocen que una vez enganchados a la nicotina, sustancia adictiva que contiene el humo del cigarro dependerán de este y en muchos de los casos jamás lo dejarán desarrollando enfermedades crónicas de generativas.

Según la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA 2008) se encontró en el estado de Guanajuato 632 mil fumadores que representan el 23.2% siendo una prevalencía mayor al promedio nacional de la muestra en el rango de edad de entre 18 y 65 años de edad. La etapa de inicio en el consumo de cigarrillos diarios entre hombres y mujeres fue para los hombres que inician el consumo diario de cigarrillos en promedio, a los 17.8 años. Y para las mujeres a los 18 años.

Los fumadores activos iniciaron el consumo diario de cigarrillos a los 17.8 años, fuman en promedio siete cigarrillos diarios y 20% de ellos fuman el primer cigarro del día durante la primera media hora después de levantarse.

Una investigación reciente revela que puede haber casos de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) inducidos, a través de generaciones, por una antigua exposición prenatal a la nicotina.

Estudios por investigadores de la Universidad Estatal de Florida en Estados Unidos han encontrado que una persona puede trasmitir por cambios en el genoma de una persona fumadora a su descendencia provocada por la inducción de sustancias químicas como la nicotina con probabilidades de ser permanentes.

Hallazgos recientes publicados en "The Journal of Neuroscience" por los científicos Bhide y Zhu, demuestran resultados de sus investigaciones con ratones la transmisión de la hiperactividad de una generación a la siguiente por la exposición prenatal a la nicotina dándose este efecto transgeneracional a través de la descendencia materna, más no de la paterna.

Bhide expone: “Los genes están cambiando constantemente. Algunos son silenciados y otros se expresan, y eso pasa no sólo por mecanismos hereditarios, sino por algo en el ambiente, o en lo que comemos, o incluso en lo que vemos o escuchamos"

Estos resultados hacen suponer que las mujeres se hicieron adictas al tabaco posterior a la Segunda Guerra Mundial Y debido a esto puede ser causa del aumento de casos de TDAH, ya que en aquel entonces fumaban durante el embarazo por no considerarse que fuera peligroso para el feto.

Los científicos del Centro Oncológico Integral Lombardi de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos concluyen que cuanto más tiempo pasa un niño expuesto al tabaquismo de un padre fumador, más probable es que se interese por los cigarrillos durante su juventud y se convierta en un adicto a la nicotina.

Darren Mays, profesor asistente del Centro Oncológico, en su trabajo publicado en la edición digital de 'Pediatrics', advierte que los hijos de padres fumadores corren el riesgo de fumar en la adolescencia y que es fundamental que los padres dejen de fumar al principio de la vida de sus hijos para prevenir el tabaquismo en la próxima generación.

“Es difícil disuadir a los niños de fumar si uno o ambos padres son muy dependientes del tabaco Se sabe que los padres son modelos a seguir de los hijos y que sí estos fuman sus hijos los imitarán, sobre todo si existe la adicción a la nicotina del tabaco.

Raymond Niaura profesor adjunto de Oncología en Lombardi y director adjunto para la Ciencia del Instituto Schroeder de Investigación y Estudios de Política del Tabaco en Washington. Advierte que para reducir el riesgo de la dependencia de la nicotina es importante alertar a los padres desalentándolos de su consumo, ya que los hallazgos de la exposición al tabaco por estos es un factor crítico y preocupante que influye en la transmisión intergeneracional del hábito de fumar, aunque nos dan una dirección hacia la prevención para reducir el riesgo.

En el estudio de investigación del Centro Oncológico Lombardi participaron más de 400 padres y sus hijos adolescentes de 12 a 17 años, que fueron entrevistados al inicio, haciendo un seguimiento a los dos años y otro a los cinco años, comprobándose que a mayor tiempo de exposición el niño al tabaquismo del padre, mayor es el riesgo que los hijos adoelscentes inicien el consumo del tabaco.

Estos hallazgos son de relevancia en nuestro país para realizar programas de tratamiento y preventivos dirigidos a los padres en la cesación de fumar, si tomamos en cuenta que la edad de inicio de nuestros jóvenes según la Encuesta Nacional de Adicciones, es de; 17.8 años para los hombres y 18 años para las mujeres.

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