Niños Índigo: realidad o pseudociencia

En la década de los 80, un grupo de personas practicantes de la cultura y el pensamiento de la Nueva Era, mejor conocido como New Age, extendió la idea del surgimiento de una nueva generación de niños con características especiales y singulares, que estaban destinados a cambiar el mundo, mejor conocidos como "niños índigo".

Los principales artífices de la difusión del concepto de los "niños índigo" fueron los estadounidenses Lee Carroll y Jan Tober, conferencistas mundiales de auto ayuda, simpatizantes del pensamiento metafísico, practicantes de la espiritualidad y la propagación de mensajes de luz. Argumentaban que estos niños poseían cualidades psicológicas únicas que no se había visto antes en ningún otro infante, todo esto debido a que utilizan de forma diferente los hemisferios cerebrales, es decir, utilizan más el hemisferio derecho que el izquierdo, además que tiene activados más códigos en su ADN que cualquier ser humano común y corriente, aunque ninguna de estas dos cuestiones han sido probadas científicamente.

Pero ¿qué es exactamente, según teorías de Carroll y Tober, un niño índigo?

De acuerdo con la investigadora, María Elena Quiroga Fernández (2005), los niños índigos se encuentran divididos en cuatro categorías:

• Los humanistas. Tiene la capacidad innata de trabajar con grandes grupo de gente, por lo que eligen profesiones tales como: abogados, profesores, médicos o políticos. Son distraídos, olvidadizos, hiperactivos y tienen problemas con su capacidad motriz.
• Los conceptuales. Se interesan más en proyectos que en personas. Serán inventores, ingenieros, diseñadores o arquitectos. Son muy atléticos, nada distraídos y muy controladores. Cuando crecen tienen tendencia a las adicciones.
• Los artistas. Independientemente de la profesión que elijan, siempre estarán enfocados en la creatividad. Serán músicos, escritores o pintores. Son inconstantes.
• Los interdimensionales. Se desarrollarán en el campo de la filosofía. Son los más espirituales, aunque esta última característica se considera inherente a todos los niños que se suponen índigos, un desarrollo muy marcado de la espiritualidad aunada, en algunos casos, a fenómenos paranormales (telequinesis, por ejemplo).

Se han realizado numerosos estudios científicos para determinar si los niños índigo realmente existen y los resultados nunca han sido concluyentes ni definitivos. Una de las razones más probables para que sea así es la ausencia de bases científicas que respalden su existencia, en primer lugar, porque una de las características fundamentales que definen a estos niños es el aura azul que los rodea. Hasta ahora, la única forma de "percibir" el aura en las personas es con un artefacto llamado la "cámara Kirlian".

Cabe mencionar que, por un lado, no existe ningún estudio con resultados científicos positivos que determine si existe el aura en los seres humanos y, por otro lado, tampoco la "cámara Kirlian" está aprobada para ningún estudio científico comprobable.

Lo anterior se suma al hecho de que las supuestas características definitorias de esta nueva generación infantil azulada son demasiado generales. Todas éstas, en general, las podría tener casi cualquier niño en cualquier grupo escolar infantil investigado al azar.

Por lo tanto, no se ha podido comprobar al cien por ciento que la supuesta existencia de la generación de los niños índigo sea real. Podríamos pensar que se trata de una idea improbable y, hasta cierto punto, producto de una comunidad sectaria.

Los peligros de creer que tenemos un hijo "índigo"

Pero no hablamos solamente de si estos niños representan una realidad social o no, si son diferentes al resto de los infantes, si están completamente alejados de las etiquetas que algunos expertos les colocan, o bien, si solamente son niños superdotados intelectualmente.

Los peligros que rodean la creencia de la existencia de los niños índigo es que sus supuestas cualidades en realidad sirvan para que algunos padres no quieran ver que sus hijos tienen algún problema de conducta, por ejemplo: la hiperactividad.

Conocemos la dificultad que representa para las familias tener que lidiar, primero, con un verdadero problema conductual infantil y, además, sufrir la estigmatización social. Resulta mejor poder decir que nuestro hijo, en lugar de tener algún tipo de trastorno, o problema de hiperactividad, es un "niño índigo". Suena mejor, incluso lo eleva a un nivel casi celestial.

Pero no nos confundamos, porque ningún estudio científico ha comprobado la existencia de esta generación azul, mas sí se ha comprobado, en más de una ocasión, los peligros que conlleva tener un niño con un problema de conducta o un trastorno psicológico que no es tratado por un profesional del ramo.

Hay que tomar en cuenta que los principales promotores de la idea de la existencia de los niños índigos, se dedican a dar conferencias sobre auto ayuda y proclaman la auto sanación, es decir, no pueden estar más en contra de las terapias psicológicas con profesionales, o incluso, con la medicina tradicional. Esto es lo que representa el principal peligro de esta espiritual creencia.

Finalmente podemos decir que la salud infantil tendría que ser una prioridad en el mundo actual y que éstas u otras teorías pseudocientíficas, estarían obstruyendo la solución real a muchos de los problemas psicológicos que sufren actualmente nuestras sociedades.

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