El familiar del alcohólico o adicto a drogas

El familiar del adicto, al tratar de ayudar, puede descuidarse a sí mismo. El problema de adicción de una persona termina afectando a quienes están a su alrededor.

20 JUN 2017 · Lectura: min.
El familiar del alcohólico o adicto a drogas

El codependiente o coadicto es aquella persona que se dedica a corregir, salvar, proteger, cuidar, rescatar al alcohólico-adicto.

Por lo general, se sobre involucra con el adicto e interviene en las actividades y aberraciones de la vida del adicto siendo estas hasta riesgosas para la integridad física de ambos. El coadicto, en ocasiones, acude a lugares poco apropiados, poniendo en peligro su vida porque sale por las noches cruzando callejones obscuros, visitando antros de mala muerte, etc. y frustrándose al no encontrar a su familiar.

El coadicto no duerme por las noches estando al pendiente de la llegada del adicto, o no concilia el sueño al tener pensamientos catastróficos con desenlaces fatalistas, con sobresaltos al escuchar la sirena de una ambulancia e imaginando lo peor pegados al teléfono esperando la llamada que les digan que su ser querido está grave o que ya murió.

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El coadicto invierte tiempo y energía intentando controlar las conductas del adicto. Posterga sus propias necesidades y deseos en función de atender las del adicto, lo encubre, protege con conductas inapropiadas como por ejemplo esconderle el dinero, las bebidas alcohólicas, en caso de ser la esposa rechaza la vida sexual para mostrar su enojo, paga sus tarjetas de crédito, lo saca de la cárcel, vive culpándose así mismo justificándole al familiar alcohólico-adicto los actos realizados de insano juicio.

El coadicto se hace expectativas falsas y exigentes del cambio en el alcohólico-adicto frustrándose del resultado generándole un gran resentimiento al pensar ilusionadamente que el realizar una actividad en espera del cambio que no se da en el alcohólico-adicto lleva al codependiente a la impotencia, frustración, enojo y depresión.

Existirá un profundo amor hacia el adicto haciendo diferencias con el resto de los familiares oscilando de extremos de amor al odio. Este tipo de diferencias se harán evidentes incluso si el alcohólico-adicto es el esposo, la pareja dará más atención al adicto y no a los hijos creándoles sentimientos de profundo dolor emocional y que al paso del tiempo se generarán resentimientos de parte de los hijos hacia los padres, pero sobre todo hacia la madre por no hacer nada al respecto y el no poder establecer límites con su padre.

El codependiente presentará excesiva tolerancia ante los abusos físicos y/o emocionales por parte del adicto.

El coadicto proviene de familias disfuncionales donde los roles son cambiados y uno de los hijos en ausencia del padre, hace las veces de uno o de ambos padres ante la incapacidad de estos apoderándose del rol parental en edades tempranas dejando a un lado su infancia responsabilizándose de los hermanos y/o de los mismos padres comportándose como adulto de los demás. En muchos de los casos hasta procuran el sustento de la casa convirtiéndose en mediadores de demandas externas y por estas razones no se ocupan de si mismos, con consecuencias en su estima, dificultad en el establecimiento de límites en su estructura yoica, ansiedad extrema, miedo al abandono, frustraciones e insatisfacción constante.

En las familias disfuncionales existen diferentes dinámicas en la codependencia. Por ejemplo, puede darse el drama del triángulo en donde el codependiente "A" perseguirá, supervisará, acosará y estará atrás del hijo adicto, mientras que el codependiente "B" Rescatará al hijo adicto culpando al perseguidor "A" ante las conductas aberrantes del hijo alcohólico-adicto "C", y el hijo alcohólico-adicto unirá a través de conductas negativas a los padres "A" y "B" distrayendo a la pareja de sus problemas personales para ser él el blanco de la atención sacrificándose y manteniendo de esta forma la homeostasis familiar a través del síntoma siendo el kamikaze familiar.

Ante los problemas y desacuerdos en la pareja, y según la edad por ejemplo imaginemos a un niño de 6 años el cual presentará diversos síntomas; llamadas de atención que de forma negativa le fueron aprendidos y reforzados por los resultados obtenidos para halar la atención como: berrinches, travesuras en el colegio, mojar la cama (enuresis), terrores nocturnos (pesadillas) y miedos con lo cual logrará el objetivo de meterse en medio de la cama entre los padres para evitar una confrontación entre estos, temeroso de que estos se separen, y al meterse en medio de ambos hace las veces de pararrayos entre papá y mamá sacrificando su estima e integridad.

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Escrito por

Gilberto Espino G.

Psic. Gilberto Espino G. es un psicoterapeuta que lleva a cabo terapias psicológicas individuales, familiares o de pareja con el objetivo de mejorar la forma y estilo de vida, así como el estado anímico de los pacientes que acuden a consulta. Conócete a ti mismo y vive una vida más plena y felíz sin temores en Guanajuato.

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Comentarios 1
  • Rosalva Echavarría

    Tan importante conocer las formas de actuar del adicto como las del coadicto o codependiente para crear relaciones y límites sanos en las familias. Esto es prevención.

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